En el mundo de las creencias populares, poner un clavo detrás de la puerta es un ritual que pasó de generación en generación. Para algunos, sirve para ahuyentar las malas energías, además de proteger a la casa de la envidia o “mala onda”.
Según la tradición, el hierro es un metal que absorbe y bloquea las energías negativas. Por eso, muchas personas suelen poner un clavo, aunque en algunos casos, puede reemplazarse por una herradura o una llave vieja.
El objetivo es evitar que las malas vibras entren a casa y proteger a la familia o a quienes vivan allí. En algunos casos, se dice que el clavo debe estar oculto y que nadie debe tocarlo para que conserve su “poder”.
Qué tan efectivo es poner un clavo detrás de la puerta
Los especialistas en energías y bienestar suelen coincidir en

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