La llegada de Mauro Icardi a Argentina junto a la actriz China Suárez ha reavivado la controversia en torno a la custodia de sus hijas, Francesca e Isabella. Wanda Nara, exesposa de Icardi, ha solicitado medidas cautelares que impidan la presencia de Suárez y sus hijos durante el encuentro entre el futbolista y sus hijas. Sin embargo, un juez ha rechazado esta solicitud, permitiendo que la actriz esté presente en la reunión programada para el 11 de noviembre.

Guido Zaffora, panelista de DDM, informó que tanto Wanda como su abogada, Elba Marcovecchio, confirmaron la decisión judicial. El juez argumentó que la última vez que las niñas se encontraron con su padre y Suárez, su reacción fue positiva. Zaffora citó a Wanda, quien expresó: "Yo quería que estén con Eugenia, no tengo ningún problema, como las nenas están con mi pareja. Pero las nenas me dijeron que no quieren estar con Eugenia".

El encuentro entre Icardi y sus hijas se llevará a cabo al mediodía, justo después de que salgan del colegio. Sin embargo, el juez ha advertido que si Wanda no entrega a las menores, la policía intervendrá para garantizar el cumplimiento de la orden. Zaffora también reveló que Icardi ha considerado que las niñas podrían no asistir al colegio para evitar complicaciones con Wanda.

Además, la situación económica entre Icardi y Nara sigue siendo tensa. Wanda ha reclamado una deuda alimentaria que asciende a 152.000 dólares, correspondiente a 13 cuotas no pagadas. Aunque el juez ha embargado la mansión de Icardi en Nordelta, ha permitido que se reencuentre con sus hijas, siempre que cumpla con sus obligaciones económicas, incluyendo el pago de tratamientos psicológicos para las menores.

Wanda ha exigido que Icardi cubra los gastos del colegio como condición para que pueda llevar a las niñas. La situación se complica aún más con las acusaciones de Wanda sobre la falta de pago de Icardi en Argentina, quien argumenta que su residencia principal está en Turquía. La batalla legal entre ambos continúa, con sus hijas en el centro de la disputa, mientras la justicia se mantiene atenta a la situación.