Belém do Pará despierta cubierta de vapor. El aire huele a río y a selva, y el murmullo del Amazonas se mezcla con las sirenas, las consignas y los pasos de miles de delegados que llegan a la ciudad para decidir el rumbo del planeta, pues desde hoy, el corazón verde de Brasil se convierte en el epicentro de la política climática mundial, al ser la sede de la COP30 , la conferencia que Luiz Inácio Lula da Silva llamó “la COP de la verdad”, y que empieza en medio de una urgencia palpable: demostrar si el mundo aún puede cumplir su palabra o si la Amazonía será, otra vez, testigo del desencuentro entre la ciencia y la voluntad política.

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En la apertura, Lula habló con co

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