En una calle de Mar del Plata, lejos del bullicio veraniego y los faros turísticos, Enrique y Laura se toman fuerte de la mano antes de subirse a un auto de aplicación. Esta noche marca el inicio de un viaje que, aunque silencioso, los atraviesa por completo. La pareja decidió incursionar en el mundo swinger.

Enrique y Laura —nombres ficticios que ellos mismos eligen para proteger su intimidad— tienen 29 años y quitan la vista cuando se les pregunta por fotos o cualquier dato que los exponga más allá de lo necesario. Se conocieron en la adolescencia, en los pasillos de una escuela secundaria. Nunca más se soltaron. Con el paso de los años, el amor fue transformándose. Pasaron de los primeros ramos de flores escondidos al vértigo de criar juntos a un hijo de diez años. “Preferimos inc

See Full Page