El dólar en Colombia ha retrocedido a niveles que no se veían desde hace tres años. La divisa estadounidense, que en el último tiempo había superado los cinco mil pesos, hoy ronda los 3.750.

A nivel nacional, muchos celebran: se reduce la inflación, los bienes importados se abaratan y la confianza de los mercados parece estabilizarse. Sin embargo, en una región fronteriza como Nariño, donde la dinámica económica está profundamente ligada al tipo de cambio, la pregunta no tiene una respuesta tan simple.

Para Nariño, el valor del dólar no es una cifra técnica: es un termómetro de la economía cotidiana. En ciudades como Ipiales y Tulcán, donde el comercio depende del diferencial cambiario, un dólar más bajo reduce la competitividad de los productos colombianos y abarata las importaciones de

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