A los 31 años, Jerónimo “Momo” Weich, hijo del reconocido conductor Julián Weich, decidió tomar un camino que pocos se animan a seguir. Lejos de los estudios de televisión y del ritmo vertiginoso de la ciudad, Momo se instaló en las Sierras de Córdoba, donde construyó con sus propias manos una casa de barro que se volvió símbolo de un estilo de vida consciente, natural y profundamente conectado con la tierra.

Su padre lo define con cariño como “un hippie con propósito”. Y no se equivoca. Desde su adolescencia, Momo demostró una inclinación por la vida sustentable y la búsqueda espiritual, algo que lo llevó a dejar Buenos Aires y el trabajo estable que tenía en la empresa familiar para recorrer el mundo.

Esa experiencia, que lo marcó profundamente, lo inspiró a emprender un proyecto de bi

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