Un hombre de unos 50 años, vecino de un pueblito cerca de El Bolsón, se volvió millonario, pero estuvo a pocos días de perder su premio de 2.372 millones de pesos.

Durante dos décadas, el afortunado jugó siempre los mismos números. Nunca pasó nada. Hasta que, cansado de perder, decidió probar algo distinto: invertir el orden de sus números. En vez de 34, puso 43 y así con todos. Esta maniobra azarosa lo convirtió en millonario.

“Él me dijo que jugó por 20 años una misma boleta. Como no le dio resultados, hace un tiempo la cambió, invirtió los números en el Loto y en el Quini”, cuenta Cecilia Aleuy, dueña de la agencia N° 64 de El Bolsón, donde se vendió la boleta ganadora.

Y con esa jugada, el hombre –vecino de un pueblito cercano al El Bolsón y que juega solamente los fines de semana–

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