Hoy tomamos una licencia: escribiremos ficción. No es lo habitual en una columna de opinión en un medio serio, pero hagamos el experimento.

Imaginemos un país con un gobierno de apoyo mayoritario, que accedió al poder por la vía democrática; este gobierno se plantea en los términos posibles defender su soberanía.

Ese país existe en un planeta que llegó a su cúspide civilizatoria no hace mucho, pero que hoy enfrenta un declive general. La naturaleza responde con fenómenos más extremos, resultado de un sistema socioeconómico que sobreexplota los recursos y esto ocasiona desequilibrios naturales nunca registrados.

El orden político global se fractura. Visiones económicas y políticas opuestas se enfrentan, desatando conflictos por el control de los recursos. Aunque el diagnóstico del proble

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