Morelia, Michoacán.– Bajo el sol de las canchas de Furamo, el eco de los silbatos guía el paso firme de los Gladiadores Morelia, un equipo que entrena sin descanso ni cuotas, solo con la pasión por el balón y el compromiso de formarse con valores.

El proyecto nació hace cinco años, cuando el coach Israel Sánchez, decidió compartir con sus hijos el amor por el tochito. “El equipo se creó con mis dos hijos —cuenta—. Uno juega liga mayor en Linces UVM, y el otro, Bruno, sigue aquí con nosotros, es el número 26. De ahí salió todo”.

Desde entonces, los Gladiadores se convirtieron en una familia extendida; Israel no busca reclutar jugadores formados, sino crear nuevos talentos. “Nos encargamos de formarlos desde cero. Con la mayoría llevo más de diez años trabajando”, explica, mientras observa

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