Álvaro Uribe se ha convertido en la novia bonita de la política en Colombia, esa con la que todos los candidatos a la presidencia quieren salir a hacer política, posar en fotos y decir, a boca llena, que son “el candidato del Centro Democrático”, el partido del gran colombiano.

Muchos buscan cobijarse bajo las banderas del uribismo: algunos camaleones que antes fueron alfiles de sus enemigos políticos, y otros que ni siquiera han tenido trayectoria pública, pero ahora, con cánticos de sirena, pretenden vender la idea de ser parte del partido, tratando de cautivar incautos.

Sin embargo, la realidad es que quien ha hecho méritos, tanto en su vida personal como en su carrera política, para representar con autoridad esa distinción, es María Fernanda Cabal. O como el propio presidente Urib

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