Poco antes de que el ala defensiva de los Dallas Cowboys, Marshawn Kneeland, muriera por suicidio, el jugador se despidió de sus amigos y dijo que no podía soportar la idea de ir a la cárcel, según revelaron grabaciones policiales el martes.

Cable Johnson, jefe de seguridad de los Cowboys, se comunicó con la policía de Plano para solicitar que agentes de ese suburbio de Dallas realizaran una verificación de bienestar al joven de 24 años.

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"Envió algunos mensajes grupales preocupantes, probablemente relacionados con problemas de salud mental", dijo Johnson a la operadora de la policía. "El mensaje grupal parecía ser una despedida y mencionó que no podía ir a prisión ni a la cárcel".

No quedó claro a qué se refería Kneeland con

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