Decenas de activistas ambientales entraron el área restringida de la cumbre climática de la ONU, en Belém (COP30), para protestar contra el impacto del calentamiento global en la salud de las personas.

Los participantes sortearon los arcos de seguridad y accedieron ya de noche al vestíbulo de la gran carpa administrada por la ONU en la que se desarrollan las negociaciones climáticas.

Eso provocó un escena de caos porque justo en ese momento muchos miembros de las delegaciones nacionales se disponían a salir del recinto.

Pasados unos minutos, el equipo de seguridad de la ONU expulsó a los manifestantes de la zona.

“¡La crisis climática es una crisis de salud!”, corearon los participantes de la marcha, entre los cuales había indígenas amazónicos y profesionales de la salud.

En poca

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