Bajo las políticas migratorias de Estados Unidos y a manos de los traficantes de personas que los hacen migrar por zonas remotas con temperaturas extremas, más de 450 migrantes han muerto en los últimos dos años fiscales a lo largo de los mil 686 kilómetros que abarca la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos (USBP, por sus siglas en inglés) en los sectores de Tucson, El Paso y Big Bend.

Según datos de la autoridad encargada de resguardar la frontera fuera de los puertos oficiales de entrada a Estados Unidos y de la Oficina del Médico Forense en el condado de Pima, Arizona, mientras que en el año fiscal 2024 sumaron al menos 341 víctimas, en el año fiscal 2025 perdieron la vida al menos 116 migrantes más en las fronteras de Arizona, Nuevo México y Texas con Sonora, Chihuahua y Coahuila

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