El Congreso  colgará el cartel de «cerrado por vacaciones» al menos hasta el mes de febrero. Así lo ha acreditado la Mesa de la Cámara Baja tras aprobar de manera unánime que, con motivo de las elecciones en Extremadura , se suspenda esa semana la actividad parlamentaria. Última, además, en la que estaba fijada una sesión plenaria antes del parón por Navidad. Con todo, Sánchez, que acudirá al último Pleno de la semana del 8 de diciembre, evitará el control de la oposición que lidera el PP hasta el año que viene.

Con el calendario de la Cámara Baja próximo a terminar por las festividades navideñas, se agota el tiempo para que el Ejecutivo de Sánchez rinda cuentas semanalmente a las preguntas de la oposición que lideran los de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso. El mes de enero es inhábil y, habida cuenta de lo que resta de noviembre, es diciembre el periodo límite para que los populares sometan al Gobierno al control de los distintos grupos del parlamento.

Desde que se aprobara la agenda mensual del Congreso al inicio del curso político tras el periodo estival, se habían establecido dos últimos plenos para finalizar el año 2025 . En concreto, las semanas del 8 y 15 de diciembre. Sin embargo, tras el anuncio del adelanto electoral en la región extremeña, es tradición por parte de todos los grupos proceder de manera unánime a la suspensión de la función del control al Gobierno en la semana previa a las elecciones.

Con todo, los de Feijóo habían solicitado a la Mesa del Congreso que preside la socialista Francina Armengol convocar un nuevo «Pleno de recuperación» para, precisamente, retomar el que se perdía por estos comicios. Ello, en un intento de la oposición de evitar que el Ejecutivo y el presidente Sánchez escapen al control de los grupos en la Cámara Baja.

No obstante, tras confirmar fuentes parlamentarias el rechazo de su petición, serán un total de dos los meses, hasta el Pleno previsto los días 10, 11 y 12 de febrero , los que habrá que esperar para que vuelva a producirse una nueva sesión plenaria. Un intento de boicotear las acciones de la oposición en la Cámara Baja por parte de la socialista Armengol que, por contra, no es la primera vez que se produce.

Entre los meses de abril y mayo del año 2024, coincidiendo con la celebración de los comicios autonómicos en Cataluña y en el País Vasco , la presidenta del Congreso se negó a recuperar las sesiones plenarias que, habida cuenta de las elecciones, se tenían que haber producido al menos una semana después de sendas citas electorales.

Este año, en cambio, como gesto de « buena voluntad » por parte de la Cámara Baja, se procedió a posponer el último Pleno del mes de abril debido a la coincidencia para los populares de las sesiones plenarias con la celebración del Congreso del Partido Popular Europeo (PPE). Mismo que, apagón mediante, se desarrolló días 29 y 30 de abril en la ciudad de Valencia.

Con todo, la presidencia del Congreso no ha escatimado en esfuerzos de hallar las vías para, cuantas menos veces «mejor», el presidente del Gobierno se tenga que someter al control del parlamento. Si bien en lo que va de curso se ha procedido a eliminar de las sesiones plenarias que los jueves se un día en que también deban celebrarse los plenos, contribuyen a esta artimaña de escapar de la oposición la aprobación de suspender la agenda con motivo de la celebración de las fiestas autonómicas .

Una práctica que, de manera reciente se ha empleado en señal de respeto para con la Diada, festividad catalana; o con motivo del día de la fiesta de la Comunidad Valenciana. Y acciones que, de convertirse en una costumbre durante el próximo año 2026, llevaría al Congreso a prescindir, por lo menos, a seis sesiones de Pleno menos.