Hoy declara ante el Tribunal Supremo el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. El morbo a estas alturas no es que haya desaparecido pero está más centrado en las puñetas de sus mangas que en la expectativa de que cuente algo que no hayamos escuchado un porrón de veces antes. Salvo que le diera por declarase culpable, claro.
En el caso abierto por la filtración de datos sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso -filtración hubo, eso es innegable, como reconoció el propio director de gabinete de la presidenta de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez, al admitir que él mismo contó cosas y que además eran mentira- importa ya más el efecto político que la verdad judicial. Y, el primero, con su ruido, ya está asentado en esta política de la posverdad. Ocurra lo que ocurra, el ‘efecto Mandela’, la

Diario de Noticias de Navarra
Noticias de España
ElDiario.es Politica
LA RAZÓN Deportes
The Conversation Español
La Vanguardia España Sociedad
RTVE
Raw Story
The List
Associated Press US and World News Video