Por María Camila Gutiérrez
Nos enseñaron que las emociones “se sienten” y que hay que “controlarlas”. Pero la ciencia dice otra cosa: las emociones no son fuerzas biológicas que nos dominan, sino construcciones mentales que creamos para darle sentido a lo que sentimos. No nacemos con emociones listas: las cultivamos.
La neurocientífica Lisa Feldman Barrett lo explica así: tu cuerpo cambia constantemente, latidos acelerados, tensión muscular, mariposas en el estómago, pero eso no es aún una emoción. Lo que convierte esas sensaciones físicas en “miedo”, “entusiasmo” o “ansiedad” es la historia que tu cerebro cuenta sobre ellas. La emoción es una interpretación, no un reflejo automático.
Aquí el concepto de granularidad emocional es clave, pues describe la capacidad de distinguir y n

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