Hay ciudades que nos suenan solo de carteles en la autovía. Poblaciones por las que pasamos cerca en numerosas ocasiones, pero a las que nunca damos una oportunidad. Una de ellas es Clermont-Ferrand, capital del departamento Puy-de-Dôme, en el corazón de Francia, cuyo letrero vemos anunciado si viajamos a París. ¿Vale la pena tomar la salida y dedicar unas horas a esta ciudad? Rotundamente, sí.

Lo primero que asociamos a Clermont-Ferrand, si es que nos viene algo a la cabeza, es que es la ciudad que vio nacer la empresa de neumáticos Michelin, multinacional que gracias a su innovación constante se ha mantenido líder en su sector hasta el día de hoy. Como no podría ser de otra manera, tras salir de la autovía, la primera parada obligada es l’Aventure Michelin, un fantástico museo en el que

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