Cinco frentes de batalla abiertos –y al rojo vivo– son evidencia de las dificultades, diferencias y aprietos que hoy dividen a sectores de centro y derecha de cara a las elecciones de 2026. Este virus no respeta a nadie, persiste en el Centro Democrático –una de las cabezas del eje–; se desarrollan en el Partido Conservador; florece entre el bloque de exgobernadores que reivindican las regiones; se recrudece entre aspirantes del calibre de Vicky Dávila y Abelardo de la Espriella, y adquiere nuevos matices entre figuras como Juan Manuel Galán y Sergio Fajardo.

Todo esto pasa justo cuando restan poco más de cuatro meses para las consultas interpartidistas y mientras los sectores de izquierda parecen estar más cohesionados en búsqueda de permanecer otros cuatro años en el poder. ¿Son confl

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