Se cumplen cuarenta años desde la última gran erupción del volcán Arenas del Nevado del Ruiz, con las muy conocidas desastrosas consecuencias dada la destrucción de la población de Armero y la muerte de más de 26.000 personas en Tolima y Caldas.

El nuevo aniversario de este evento y de sus catastróficos efectos deben llevarnos no solo a recordar sino, también, a reflexionar sobre lo que hemos aprendido. Lo que se ha hecho y lo que falta por hacer desde entonces. Ante todo y para resaltar, la creación y continuo fortalecimiento del Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres que por muchos años fue modelo en el mundo, hoy dirigido por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres -UNGRD y que se espera pueda continuar muy pronto con su extraordinaria labor, dejando

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