La antigua ciudad maya ubicada en el municipio de Kinchil resiste frente al avance de una granja industrial de Crío / Especial

A 400 metros de las ruinas mayas de Tzemé , en el municipio de Kinchil , el ruido de las retroexcavadoras rompió el silencio que durante siglos había guardado la selva baja . La maquinaria abrió paso entre los cerros y los árboles donde aún descansan los restos de una ciudad antigua, con pirámides y plataformas que nunca fueron exploradas. Ahí se busca ampliar la zona para la granja avícola de la empresa Crío .

“ De repente vemos las maquinarias devastando los montes … arrasan con los cerros que hemos cuidado por generaciones”, relata Gregoria del Rosario Dzul, integrante del Consejo Comunitario de Kinchil. Desde su mirada, lo que ocurre no sólo es un a

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