La figura que encabezó la visita fue la cantante italiana Laura Pausini, quien llegó al santuario con su equipo de Warner Bros, vestida de negro—a una clara señal de respeto y solemnidad. Entre los objetos que transportó, una carta dirigida a “Su Santidad Papa” y una copia inédita de una canción recién grabada se destacaron por su singularidad.

Antes de que la artista pudiera entregar el obsequio, la audiencia papal recibió un reconocimiento de valor simbólico. En una ceremonia improvisada, la revista especializada Billboard Italia entregó a la figura religiosa el premio Global Icon, citando su “talento y compromiso para inspirar y unir a generaciones de todo el mundo”. El gesto fue acompañado por una placa que subrayaba la importancia creciente de las voces femeninas en la industria

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