Desde que puso un pie en República Dominicana, Claudia no pudo ocultar la química con Gerard. Su conexión fue inmediata y encendió las alarmas en la villa. Lo que comenzó como una simple complicidad se transformó pronto en algo mucho más intenso, provocando tensiones con su pareja, Gilbert, tras la ceremonia de collares.

El acercamiento entre ambos se volvió más evidente. Las miradas y las caricias en Villa Playa desembocaron en un momento de máxima intimidad en el jacuzzi, tras el cual Claudia rompió a llorar. "Si él no ha hecho nada, se va a morir", admitió entre lágrimas, consciente de las consecuencias que podía tener lo que acababa de pasar.

A pesar de los remordimientos, el acercamiento continuó. Gerard incluso le sugirió moderarse: "Podemos bajar un poco revoluciones si te sientes

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