El agitador ultraderechista Vito Quiles convocó un acto este miércoles 12 de noviembre a las 17.00 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), situada en el campus de Somosaguas, en las afueras de la capital. “Nos vemos este miércoles en la Complutense. Vamos a teñir el feudo de Podemos de alegría rojigualda pese a las amenazas de los violentos y extremistas”, anunció en redes sociales después de que cancelase el que tenía previsto para el pasado 3 de noviembre con su gira ultra España combativa , por los enfrentamientos producidos en la Universidad de Navarra. Lo hacía sin permiso de la UCM y después de una serie de concentraciones en otros lugares del territorio nacional a las que suele acudir franqueado por escoltas cercanos a grupos neonazis.
Ya minutos antes de su llegada, un grupo de estudiantes protestaban por el acto con una gran pancarta en la que se leía “Fuera fascistas de la universidad”. “Vito, parguela, acaba la carrera” o “Vito, fascista, no eres periodista”, han sido algunos de los lemas que han entonado a la espera de que apareciera el agitador ultra. Los manifestantes contrarios a su presencia, varios cientos de personas, eran bastante más numeroso que los seguidores de Quiles que aguardaban a varios metros, separados por un fuerte cordón desplegado por la Policía Nacional.
A las 17.15 horas aparecía en Somosaguas el convocante del acto, que en un primer momento se quedaba separado de ambos grupos, también resguardado por los agentes de policía. En declaraciones a los medios, aseguraba que iba a intentar organizar el acto previsto “de alguna manera”, mientras sus seguidores lanzaban gritos de “arriba España” y “cara al sol”. Luego lanzaba descalificaciones hacia la facultad de Políticas y hacia la actitud de la Policía Nacional, que había preparado sus defensas ante posibles altercados.
Quiles se ha dirigido a sus acólitos, megáfono en mano, en torno a las 17.35. “La policía se ha puesto unos cascos que no se ponen cuando se manifiestan los terroristas prohamas”, declaraba en el arranque de una intervención donde ha calificado la Complutense, en particular la Facultad de Ciencias Políticas, de “foco de infecciones comunistas”. Desde su punto de vista, la rectora [en realidad ese cargo lo ocupa un hombre, Joaquín Goyache, que fue elegido con el respaldo del Partido Popular] “tiene que dejar de hacer política en la universidad que le regala una cátedra a la mujer del presidente”.

Acto desautorizado por la Complutense
La UCM emitió un comunicado para informar que “no existe ninguna solicitud registrada a través de los cauces oficiales establecidos para la cesión o uso de espacios universitarios”, por lo que el acto está desautorizado. “La UCM recuerda que toda actividad que se celebre en sus instalaciones debe contar con la correspondiente autorización previa, requisito necesario para preservar la seguridad, la convivencia y el normal desarrollo de las tareas académicas”, subrayó la entidad. En este sentido, el centro universitario defiende “su compromiso con los principios de respeto, pluralidad y diálogo constructivo” y que la libertad de expresión en el ámbito universitario “se ejerce siempre dentro del marco legal y académico que rige a las instituciones públicas de educación superior”.
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, ya advirtió que el anuncio de Quiles es “una provocación más” y que, aunque la gestión del evento corresponde a la Universidad, esta tiene a su disposición a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Martín destacó que la concentración fue informada para desarrollarse en el entorno del campus universitario, por lo que la gestión corresponde al centro académico. Resaltó eso sí que los agentes de seguridad “están a disposición de lo que pida la universidad”.
Escenas como la que Quiles buscaba en Somosaguas se repiten desde hace semanas. Anuncia nuncia su presencia en una universidad, no pide permiso o se le deniega y se presenta igualmente en el recinto para agitar una supuesta “censura” contra sus “charlas sobre la libertad y España”. En la mayoría de los casos, el agitador ultra no ha solicitado autorización a las autoridades universitarias, según pudo comprobar elDiario.es. En otros, como hace unas semanas en la Universitat Autònoma de Barcelona, fue una asociación la que trató de pedir permiso sin mencionar su nombre y fue igualmente rechazado. Luego Quiles acude para quejarse de las “prohibiciones”. “Lo que han conseguido realmente prohibiéndonos dar charlas sobre libertad y sobre España es que esta gira se haya convertido en un movimiento masivo y patriótico histórico”, proclamaba frente a la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada.
Quiles regresa después de que su gira quedara pausada . Así lo anunció el pasado viernes 31 de octubre después de cancelar por primera vez su charla en el campus de la Universidad de Navarra (UNAV) ante la respuesta de centenares de manifestantes y los disturbios que se generaron en las calles de Pamplona. La institución no lo había autorizado ante el temor a que se produjeran choques violentos , como finalmente ocurrió, con un periodista agredido.
“Las universidades en el punto de mira”
“El conflicto, no la charla, es el verdadero evento”, explicaba a este periódico Ignacia Perugorría, socióloga y profesora en la Universidad del País Vasco. “Lejos de desplazar el foco hacia la necesidad de reforzar los valores universitarios de pensamiento crítico, diálogo informado, pluralismo y convivencia los recientes sucesos acaecidos en la Universidad de Navarra constituyen, muy probablemente, la reacción que Quiles buscaba generar: una respuesta que alimenta su narrativa y amplifica su visibilidad en redes”. Por ello, subrayaba la importancia de optar por “estrategias no confrontativas, como foros de debate, manifiestos, campañas pedagógicas o actos culturales”. Estos repertorios, dice, “permitirían recentrar el debate en los principios académicos, contener la polarización, y evitar la capitalización mediática de esos episodios”.
Sus acciones están inspiradas, según él mismo reconoce, en el comunicador e ideólogo ultra estadounidense Ben Shapiro, así como el activista asesinado Charlie Kirk . “Puede ser un ejemplo un poco cutre, pero también es una muestra del nivel de interrelación que hay en la ultraderecha global, que no existía hace años”, comentaba a elDiario.es Guillermo Fernández Vázquez, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) especializado en el estudio de las derechas radicales europeas.
“No es nada casual, responde a una estrategia compartida por todo el espectro nacional populista de extrema derecha, y es poner el punto de mira las universidades como bastión del conocimiento experto. Como lugar del que salen las investigaciones del cambio climático, los estudios sobre género, etc.”, sostiene Jesús Casquete Vadallo, profesor de Historia del Pensamiento de la Universidad del País Vasco y autor del libro Vox contra la Historia (Pensamiento Crítico) .
El componente simbólico de Somosaguas
En el caso de Somosaguas, además, aparece el componente simbólico de que se trata del espacio de conocimiento del que surgieron varios fundadores de Podemos. En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología han sido estudiantes y docentes Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero o Carolina Bescansa. Pero también estudian o han estudiado en Somosaguas figuras como Ignacio Dancausa, líder de las Nuevas Generaciones del Partido Popular. Una persona que, frente a la idea de esa despolitización de la universidad que supuestamente defiende Quiles, llegó a repartir papeletas electorales de apoyo al actual rector Joaquín Goyache en la propia jornada de votación de las últimas elecciones de la UCM.
Según contó un testigo de los hechos en conversación con Somos Madrid , un grupo de personas afín al Partido Popular y vinculado también a la asociación universitaria Libertad Sin Ira se encargó durante el propio día de las elecciones de pegar “más de 25 carteles” por todo el campus, incluso en el Metro y los baños, en los que se equiparaba votar por la candidadata Esther del Campo (decana de la Facultad de Políticas) con “permitir que Podemos gobierne ideológicamente los próximos seis años nuestra Universidad”. El estudiante relató a este diario que cuando Dancausa apareció y se dio cuenta de que habían avisado a la policía, el presidente de Nuevas Generaciones le increpó y se dirigió a él en estos términos: “Me ha dicho que me tenía una guardada, que soy un hijo de puta y que me va a dar una paliza”.

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