«No filtré nada; reaccionamos a un intento de intoxicación, a un bulo porque se estaba cuestionando muy gravemente la honorabilidad de la Fiscalía. Colocamos ... los correos solo después de que estos hubieran sido revelados a la opinión pública. En esta causa hay una actuación desleal no con el acusado, sino con el tribunal».

Despojado de su toga de fiscal general para presentarse ante la sala de siete magistrados como un ciudadano particular, Álvaro García Ortiz ha defendido este miércoles su inocencia y ha negado haber cometido un delito de revelación de secretos, por el que las acusaciones le reclaman entre cuatro y seis años de prisión, doce de inhabilitación y más de 400.000 euros de multa. La suya fue una declaración que quedará marcada en letras rojas en el Supremo, al ser el pr

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