"Dejar ir también es una forma de amar” . Lo dice Juana Vivero con la calma de quien ha pasado media vida acompañando a otras personas en sus últimos días. A sus ochenta años, sigue siendo una de las voces más queridas de la Asociación Española Contra el Cáncer en Badajoz, donde empezó hace más de tres décadas. Fue la primera voluntaria de cuidados paliativos en Extremadura y aún hoy continúa acudiendo al hospital, convencida de que no hay gesto más humano que dar la mano cuando las palabras ya no bastan.

Su historia en el voluntariado comenzó lejos de la región, en Santander, donde trabajó junto al equipo del hospital de San Martín. Después, la vida la llevó a Logroño y, finalmente, a su Badajoz, hace unos treinta años. Tras una vida dedicada a despedir a personas enfermas, define c

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