La jueza de la dana ya cuenta con las transcripciones de los audios de las llamadas a la teleasistencia por parte de varios usuarios que fallecieron a consecuencia de la catástrofe del 29 de octubre de 2024.
L. de 80 años y residente en Picanya, a pocos metros del barranco del Poyo, habla con una de las operadoras del servicio de teleasistencia. “Estoy muy asustada, me está entrando agua en casa”, dice la mujer.
—Esta asustada L., ¿por qué?
—Porque tengo llena de agua.
—Vale, ¿le está entrando agua, cariño?
—Por todas partes.
—Vale.
—Me puedo caer.
—Vale, súbase a un sofá o a la cama.
—¿Qué?
—Súbase a un sofá o a la cama.
— Estoy en el sofá.
—No se mueva de ahí, voy a avisar a los servicios de emergencia.
—Por favor, por favor.
—Vale, vale, tranquila, cariño.
—Gracias.
A continuación, el servicio de teleasistencia llama a la Policía Local de Picanya, según la relación de grabaciones que consta en el juzgado de Catarroja.
“Vive en una planta baja, por Dios, ellos son los primeros”
La operadoras contacta con A., la persona que ejerce de contacto de L., la usuaria del servicio. La mujer también se encuentra en peligro e informa a la operadora de que se ha podido refugiar en una vivienda inundada. “Yo estoy ahora mismo que no puedo ni ir a mi casa, estoy tirada. Una señora me ha abierto su casa para que me pueda subir, donde yo estoy me llega el agua por encima de las rodillas, no puedo moverme”, explica una usuaria
La teleoperadora contesta que la Policía estaba “saturadísima”. “Pues es una señora mayor que no se puede mover, vive en una planta baja, por Dios, ellos son los primeros”.
“Ya lo sé, cariño, ya lo sé, pero están tan saturados que no cogen ni el teléfono. Voy a seguir intentándolo”, contesta la operadora del servicio.
La mujer se encuentra en el peor lugar: “Ya sé que están saturados, pero es que yo estoy al lado mismo del barranco, al lado mismo, en la pasarela de Paiporta y no me puedo mover”.
La conversación sigue así, según las transcripciones que constan en el procedimiento:
—No, pues A., usted póngase a salvo también, cariño ¿vale? Yo voy a intentar seguir ayudando a L., ¿vale?
—Dele un beso muy grande de mi parte, y que no se asuste, por Dios.
—Esta asustada, cariño, yo voy a intentar tranquilizarla.
—Pero es que no puedo hacer nada. No puedo pasar. Ojalá pudiera, pero no llego.
—A., cariño, no se preocupe, ¿vale? Yo voy a seguir intentando ayudarla. Entonces, L. vive en una planta baja.
—L. vive en las casas de las personas mayores donde están las casas estas de día de las personas mayores de Picanya, vive justo en el barranco, sus casas dan al barranco, están a unos 5 metros del barranco. Su casa tiene que estar completamente inundada
—¿Ella no tiene ningún vecino en el piso de arriba, que la pueda ayudar, o son solo casas bajas?
—Son solo casas bajas, y la casa de los jubilados es una planta baja, no tienen donde meterse, son todo personas mayores.
—Vale, vale, cariño. Yo, entiendo que si el barranco se ha desbordado la policía ya estará tomando medidas, pero como no consigo hablar con ella voy a seguir intentándolo para ayudar a L, ¿de acuerdo?
—Vale, gracias.
—De nada, A., cariño.
Sin atención en el teléfono 112
El siguiente audio (aparentemente de una llamada fallida al 112) dice: “Lamentablemente, el sistema no puede procesar su solicitud de servicio en este momento. Por favor, cuelgue e intente llamar de nuevo más tarde. Gracias”.
La última grabación transcrita reproduce el mensaje automático del teléfono 112 ante la saturación de la línea: “Ha contactado con 112 Comunidad Valenciana, nos encontramos en un episodio de lluvias y tormentas. Si tiene una emergencia, espere. En caso contrario, deje la línea libre”.

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