Pocos saben que una de las bebidas más antiguas de México no se sirve en los bares ni en las cafeterías modernas, sino en las calles calurosas del sureste: el pozol , una mezcla ancestral de maíz y cacao que los pueblos maya-chontales de Tabasco preparaban mucho antes de la llegada de los españoles.

Según el Gobierno de México, su nombre original era pochotl , y era el acompañante perfecto de los viajeros indígenas por una razón simple: nutría, hidrataba y llenaba . Con el tiempo, los españoles lo adoptaron (aunque lo llamaron “bebida agria”) y su uso se expandió por todo el sureste mexicano.

Hoy, el pozol sigue siendo símbolo de resistencia al calor, identidad cultural y alimento completo. Se bebe frío, se mastica y se disfruta como un abrazo líquido a nuestras raíces.

Cómo hac

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