El gobierno de Estados Unidos implementó una nueva política migratoria que podría afectar a solicitantes de visas afectados por condiciones médicas crónicas, entre ellas la obesidad, si éstas representen un riesgo potencial de gasto público. La orden que despertó polémica instruye a funcionarios de embajadas y consulados para considerar si el estado de salud del solicitante podría requerir tratamientos médicos continuos, medicamentos de por vida o futuras intervenciones.

Si bien no fija un límite de peso ni índice de masa corporal específico, la normativa apunta a determinar si la persona puede representar una carga para el sistema sanitario estadounidense.

Esta nueva disposición generó preocupación entre expertos en inmigración por el amplio margen de interpretación que concede a los fu

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