El fin de semana cuando Armando Hormiga González quedó campeón de goleo por primera vez en su inicial carrera, recibió el mensaje de felicitación desde Países Bajos de su amigo Mateo Chávez. "No es suerte hermano, lo trabajas desde hace años. Felicidades Hormi". le dijo.
Pronto se reencontraron para darse un abrazo enfundados ambos en la camiseta de la Selección Mexicana. En el tramo final camino al Mundial 2026 en casa, los sueños que tenían desde niños parecen ser una realidad que se palpa.
Mateo tiene 21 años y juega en el AZ Alkmaar; Armando, de 22, es el nuevo ídolo en Chivas recogiendo los testamentos de Chicharito Javier Hernández. Uno nació en Guadalajara, el otro el Aguascalientes, ambos como sea, tienen en las venas la genética futbolística marcada por el rojiblanco de las Ch

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