El 13 de noviembre de 1992, un puñado de militares de alto rango, en situación de retiro, e inspirados en el constitucional Derecho de Insurgencia, decidieron recuperar la democracia, transgredida con el autogolpe del 5 de abril; el plan era: reponer el Parlamento Bicameral, apresar a Alberto Fujimori, Nicolás de Bari Hermoza y Vladimiro Montesinos, entregar la presidencia a Máximo San Román.

El autócrata se refugió en la Embajada de Japón, el movimiento fue debelado, sus autores detenidos, luego procesados por el delito de rebelión, fueron condenados a penas privativas de libertad de ocho años; una Ley de Amnistía General de 1995 les devolvió la libertad. Qué curioso, al golpista Alberto Fujimori, no se le pudo enjuiciar por el delito de rebelión, siendo el autor del golpe de Estado del

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