El Banco de España descarta que existan signos de que España está o se encamina hacia una burbuja inmobiliaria ya que los precios siguen, en términos reales, casi un 20% por debajo del pico que alcanzaron en 2007, antes del estallido de la crisis, y las familias y empresas se encuentran en una posición de endeudamiento mucho más sólida que entonces.

El director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del supervisor, Daniel Pérez Cid, ha asegurado que “hoy por hoy” no aprecian riesgos de una burbuja en el mercado de la vivienda , al menos en los términos en los que pueda desencadenar un shock que afecte a la estabilidad del sistema bancario.

“Hoy por hoy no vemos esos signos de burbuja. Cosa distinta es que no estemos monitorizando, siguiendo y haciendo esfuerzos. Pero no estamos en la situación previa a la crisis anterior”, ha asegurado el responsable de la entidad durante la presentación del Informe de Estabilidad Financiera de otoño.

Así, en los años previos a la Gran Recesión coincidieron varios factores como un “crecimiento muy desbocado de la demanda” con un elevado endeudamiento y situaciones poco robustas tanto de las familias como del sector constructor.

Pero ahora, la demanda de vivienda tiene mucho que ver con el crecimiento poblacional y el empuje del turismo , que choca con una oferta de casas que no responde con la suficiente agilidad. El sector financiero no ha relajado sus estándares de concesión de hipotecas y crédito, lo que evita en parte el grueso de ese riesgo sistémico.

De hecho, según un indicador elaborado por la entidad financiera, en términos de riesgo el nivel actual es similar al de 2001, varios años antes de que comenzara a desbocarse (2004-2005) y desembocara en el estallido de la burbuja. En la actualidad, este peligro en el mercado se explica fundamentalmente por los precios y por la propia actividad en el sector inmobiliario.

Los precios en términos reales, es decir, descontada la inflación, están en la actualidad en niveles de 2005 y un 17,5% por debajo del pico alcanzado en 2007. Con todo, el crecimiento del coste de un hogar lleva casi un año creciendo mucho más que el de las rentas medias de los hogares, lo que presiona más el bolsillo.

Donde sí aprecian un signo de preocupación es en el precio de la vivienda en las zonas con mayor tensionamiento, donde está aumentando a tasas más aceleradas que en aquellas provincias con menor demanda. Es decir, el precio por metro cuadrado ya se acerca a los 3.500 euros en aquellos territorios donde ya el suelo era más caro, en tanto que permanece estable en el resto del territorio.

“A diferencia de lo observado durante el boom inmobiliario de los 2000, no se observa así una expansión generalizada de los precios por provincias”, dice el supervisor en el citado informe.

Por tanto, concluye el Banco de España, el mercado es significativamente menos vulnerable que antes de la crisis financiera y la evolución de los precios “se enmarca en una coyuntura en la que, desde una perspectiva histórica, la actividad de construcción es débil, el endeudamiento de los hogares es bajo, el crédito inmobiliario es contenido y los estándares de concesión crediticia no apuntan signos de relajación significativa”.