El presidente Gustavo Petro se vio obligado a rectificar sus declaraciones sobre el fiscal Mario Burgo, quien ha sido un actor clave en la reciente controversia que involucra a su hijo, Nicolás Petro. Esta situación ha llevado a un enfrentamiento entre el mandatario y la fiscalía, especialmente tras la crítica de Petro hacia los principios de oportunidad defendidos por la fiscal Luz Adriana Camargo.

Durante la toma de posesión de Camargo, el presidente no expresó objeciones a los cinco pilares que ella presentó para su gestión. Sin embargo, un año y medio después, Petro ha calificado esos principios como un acto de impunidad que favorece a los victimarios. "Esa herramienta se ha ido deformando hasta convertirse, en demasiadas ocasiones, en una negociación desigual donde el Estado siempre aparece perdiendo", afirmó el presidente.

Petro reconoció que no hay pruebas que vinculen a Burgo con irregularidades en el caso conocido como La Perla, que involucra a narcotraficantes y funcionarios de la fiscalía. Sin embargo, el presidente desvió la atención hacia lo que considera una crisis de confianza en el sistema judicial. "El problema no es un funcionario, es una práctica que, en nombre de la eficiencia procesal, ha terminado por desconectarse de la política criminal del Estado", declaró.

El mandatario expresó su preocupación por los principios de oportunidad, que, según él, permiten que los responsables de delitos obtengan inmunidad, dejando a las víctimas sin verdad y a la sociedad sin reparación. Petro subrayó que esta herramienta de negociación con la justicia debe ser revisada, ya que, en su opinión, "en vez de fortalecer al Estado, lo deja en el lugar más débil de la mesa".

La situación ha generado un intenso debate sobre la efectividad de las políticas de justicia en Colombia y la necesidad de reformar los mecanismos actuales para restaurar la confianza ciudadana en las instituciones.