Un joven vecino de San Juan de Lurigancho vive una pesadilla que comenzó en octubre. Todo empezó con un mensaje en su celular, donde unos desconocidos lo acusaban de haber solicitado servicios en una casa de citas. Él negó de inmediato la versión, pero los sujetos fueron más allá: le enviaron información personal suya y de sus familiares, un detalle que lo hizo entrar en pánico.

“Me mandaron los nombres de mis padres, mis tíos y mis parientes. Eso debería estar protegido”, relató a Buenos Días Perú. La precisión de los datos lo convenció de que no se trataba de una simple broma.

Los extorsionadores exigieron S/1000 a cambio de “borrarlo” de una supuesta base de datos. Junto al mensaje, enviaron videos donde exhibían armas largas y granadas, advirtiéndole que, si no pagaba, atentaría

See Full Page