El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha descartado cualquier intervención militar en México, a pesar de la creciente influencia de los cárteles del narcotráfico en diversas regiones del país. Durante su participación en una reunión de ministros del G7 en Ontario, Canadá, Rubio enfatizó que Washington está dispuesto a ofrecer "toda la ayuda que necesite" México, pero solo si el gobierno mexicano lo solicita formalmente. Rubio afirmó: "Podemos ayudarlos con equipo, con capacitación, con intercambio de inteligencia y con todo tipo de herramientas, si lo piden. Tienen que pedirlo". Esta declaración se produce en un contexto donde se han planteado rumores sobre un posible despliegue de tropas estadounidenses en territorio mexicano, los cuales fueron categóricamente negados por el funcionario. El secretario de Estado también advirtió sobre el crecimiento de "organizaciones terroristas transnacionales" en la región, que, aunque carecen de motivaciones ideológicas, poseen capacidades operativas que las asemejan a grupos terroristas. "No tienes que ser ideológico para ser un terrorista", subrayó Rubio, quien citó ejemplos de violencia en Ecuador, donde grupos criminales han utilizado artefactos explosivos improvisados. Rubio destacó que hay áreas en México donde los cárteles ejercen un control de facto que supera al de las autoridades locales y nacionales. "Hay áreas del país que francamente son dirigidas y gobernadas por estos cárteles, que son más poderosos que las fuerzas del orden", advirtió. A pesar de los desafíos que enfrentan, Rubio aseguró que la relación de seguridad entre Estados Unidos y México es sólida, especialmente en la lucha contra el fentanilo. Reconoció que erradicar la violencia vinculada al narcotráfico no será una tarea inmediata, afirmando que "estamos enfrentando algo que ha estado presente por décadas" y que llevará tiempo ver un progreso tangible.