Sin una fundación detrás ni una oficina de cultura con presupuesto ni un patrocinador grande, solo con su voluntad, cinco amigos, con brochas en mano y redes sociales convocaron a artistas de todo el país para cambiarle la cara al municipio de Usiacurí, durante la segunda edición del Festival de muralismo Washakurí.

Con sus propios ahorros, favores de amigos y la ayuda de una madre que cocinó para 30 personas, fundaron un encuentro de muralismo en el Caribe colombiano. “Si había que poner plata de nuestro bolsillo, lo íbamos a hacer”, recuerda Waldir Angulo. Y lo hicieron

La historia ocurrió en Usiacurí - más conocido como "El Pesebre del Atlántico" - un municipio de 103 kilómetros cuadrados con aproximadamente 12.000 habitantes, a poco más de una hora de Barranquilla, que se esconde ent

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