Jorge Calderón Navarro, secretario y tesorero de RECIMEC (Redes Ciudadanas por el Mejoramiento de las Comunidades), ha sido testigo directo de la transformación y deterioro del Arroyo Alamar de Tijuana. Desde 1985 vive a la altura de la colonia Granjas Familiares Unidas, y aunque nació en la Ciudad de México y llegó a Tijuana a los tres años, asegura sentirse plenamente tijuanense y comprometido con la protección de los espacios naturales.

Calderón Navarro recuerda que décadas atrás el Arroyo Alamar era un corredor verde robusto, donde abundaban árboles, plantas nativas y especies de fauna que hoy casi no se observan. “Antes teníamos cientos de hectáreas cubiertas de arbolado. Desde que entraba el río Tecate a Tijuana hasta El Chaparral. Era enorme, los árboles se reproducían solos, sauce

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