La Policía Nacional ha llevado a cabo dos importantes operaciones antiterroristas en España en octubre. El 20 de octubre, en Huesca, fue arrestado un español de 24 años, conocido como Omar, quien había adoptado el islam y expresado su deseo de hacer la yihad. Este individuo, que trabajaba como vigilante de seguridad, fue detectado por los servicios antiterroristas tras realizar búsquedas en Internet para adquirir armas de fuego. Además, se le observó realizando ejercicios militares con réplicas de fusiles de aire comprimido.

Posteriormente, el 29 de octubre, tres hermanos fueron detenidos en Melilla, uno de ellos menor de edad. Estos jóvenes se habían radicalizado profundamente y estaban involucrados en la creación y difusión de contenido relacionado con organizaciones terroristas, como el Estado Islámico, a través de redes sociales. Las autoridades encontraron fotografías de ellos portando machetes y mensajes que promovían la yihad armada.

Desde el inicio de 2025, las Fuerzas de Seguridad del Estado han realizado un total de 58 operaciones antiterroristas, resultando en 94 detenciones. Esta cifra es la segunda más alta desde 2004, cuando se registraron 131 arrestos tras los atentados del 11-M. Si se incluyen las detenciones en otros países, el total asciende a 106, gracias a la colaboración de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Mientras Francia conmemoraba a las víctimas de los atentados de 2016, España continúa su labor de prevención. Fuentes antiterroristas han afirmado: “Tenemos totalmente monitorizadas las redes sociales e Internet y controlados los centros de culto”. Sin embargo, reconocen que la prevención total no es posible.

La Audiencia Nacional juzgó en octubre a Yassine Kanjaa, acusado de asesinar con un machete a Diego Valencia Pérez, sacristán de la iglesia de La Palma, en enero de 2023. Este caso es considerado el último atentado mortal de carácter yihadista en España. También se investiga un ataque ocurrido el 27 de marzo de 2024, cuando un hombre atacó con un hacha un restaurante en Badalona, aunque no se registraron heridos.

La amenaza terrorista en España se manifiesta principalmente a través de "lobos solitarios", individuos autorradicalizados que son difíciles de detectar. Estos actores suelen utilizar métodos rudimentarios y atacan objetivos vulnerables. Sin embargo, algunos de ellos muestran una mayor sofisticación al emplear armas de fuego y explosivos. Por ello, es crucial mantener una vigilancia constante en redes sociales y foros de Internet, así como establecer contactos en centros de culto que puedan alertar sobre posibles peligros. En el caso del detenido en Huesca, se observó su intensa actividad en redes sociales y chats de Telegram, donde compartía mensajes radicalizados y consumía contenido violento del Estado Islámico.