Lula abrió la COP30 de Belém con un discurso apocalíptico sobre las catástrofes que se nos avecinan como consecuencia del cambio climático. Nada nuevo que no haya sucedido en las cumbres del clima que se han venido sucediendo en los últimos tiempos, en las que se exhibe mucho postureo político y green washing en general, y escasean las decisiones relevantes. Ni uno solo de los 45 indicadores climáticos marcados en estas reuniones está camino de alcanzar el objetivo de reducción de 1,5 °C para 2030. Los líderes reunidos en Brasil han hecho gala de la hipocresía que les caracteriza. Llegan en aviones privados mega contaminantes, utilizan lujosas berlinas para desplazarse, las delegaciones gastan y consumen sin parar, los precios de hoteles y restaurantes se ponen a la altura de Nueva York, y

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