Después de varios días prácticamente postrado en cama (a duras penas me levantaba para asomarme al refrigerador) debido a un resfrío que parecían tres, vuelvo a la carga, no con ánimos renovados, pero sí con la obligación intacta de comentar lo que sucede en nuestro entorno político, social y económico, sin filias ni fobias, solo con el sano propósito de coadyuvar al engrandecimiento de nuestra querida República, tan maltratada, vilipendiada y manoseada ella.

Como dicen los de la Generación Z (tan de moda): “lo que es”; o como decimos los “Baby Boomers” y uno que otro despistado de la Generación X: “la mera neta del planeta”.

Vayamos al punto.

Mi convalecencia, por cierto, no me impidió monitorear los medios y las redes sociales.

El mensaje aquel en La Mañanera el Pueblo de nuestra man

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