Lolita Cortés volvió a demostrar que en un medio saturado de apariencias, la congruencia sigue siendo incómoda. Su salida de La Granja VIP no fue un arranque, fue a causa de su trastorno de ansiedad y una declaración de principios: negarse a convivir con Alfredo Adame, símbolo del escándalo convertido en estrategia de supervivencia televisiva.

Lejos de retractarse, la actriz defendió su decisión con firmeza, subrayando que su carácter no se presta al juego de los gritos ni a la manipulación del rating. Aun así, el público dividió opiniones, y Jolette, como si aún quedara alguna cuenta pendiente desde La Academia, aprovechó para defenderla y mostrar su comprensión ante la ansiedad que padece.

Cortés respondió con elegancia, dejando claro que no busca reconciliarse con el espectáculo de lo

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