Un periodista y analista político británico, Sami Hamdi, fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos durante más de dos semanas. Hamdi regresó al Reino Unido el jueves, donde advirtió sobre "un ataque a las libertades de los estadounidenses comunes y de ciudadanos en todo el mundo".

La detención ocurrió el 26 de octubre en el Aeropuerto Internacional de San Francisco, un día después de que Hamdi participara como orador en la gala anual del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR) en California. Se dirigía a Florida para un evento similar cuando fue detenido. Las autoridades alegaron que su visa había sido revocada, lo que Hamdi y su equipo legal niegan, afirmando que él tenía una visa válida y que su detención fue una represalia política por sus opiniones sobre la guerra en Gaza.

Hamdi relató su experiencia a CNN, explicando que al llegar al aeropuerto, un agente le informó que su visa había sido revocada dos días antes. "Fue una sorpresa", dijo, y agregó que no había recibido notificación sobre la revisión de su visa. Le mostraron un memorando del Departamento de Estado que indicaba la revocación, pero sin especificar el motivo.

El portavoz del Departamento de Estado, Tommy Pigott, al ser consultado sobre la revocación de la visa de Hamdi, afirmó que no podía referirse a casos específicos, pero aseguró que se aplican las leyes de inmigración y que las visas se revocan cuando es necesario por razones de seguridad nacional.

Hamdi intentó obtener una explicación de los agentes en el aeropuerto, sugiriendo que si no había una razón válida, podría regresar a Londres. Sin embargo, los agentes le respondieron que "así no es como funcionan las cosas aquí" y lo escoltaron fuera de la terminal.

El periodista, conocido por sus análisis sobre el Medio Oriente y su apoyo a la causa palestina, describió su traslado a un centro de detención como una experiencia difícil. Dijo que fue llevado en una camioneta con grilletes en manos y pies, y que las condiciones en el centro eran "duras", con casi 100 personas en una sala abarrotada.

Hamdi, quien es padre de tres hijos, ha expresado su preocupación por el impacto de su detención en las libertades civiles y los derechos de los ciudadanos, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Su caso ha suscitado un debate sobre la política de inmigración y la libertad de expresión en el contexto de la actual situación en Gaza.