Teherán, 14 nov (EFE).- Con estatuas de antiguos reyes, canciones patrióticas y murales de guerreros persas, la República Islámica de Irán abraza un nacionalismo preislámico para mitigar la desafección de una parte importante de la población, un fenómeno que se ha acelerado tras la guerra de los 12 días con Israel.

Los religiosos que pusieron fin a 2.500 años de monarquía con la Revolución Islámica de 1979 buscan ahora combatir la falta de popularidad del islam político y la crisis de su sistema de Gobierno con la adopción del pasado milenario iranio que rechazaron durante décadas.

“La recuperación de elementos iranios, es decir preislámicos, en la cultura política de Irán refleja la crisis del islam político en el país”, dice a EFE el iranólogo Raffaele Mauriello, quien considera que la

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