CNN —

Cuando agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arrestaron a una mujer en una guardería de Chicago este mes, se desató una ola de indignación local por las tácticas de ICE.

Pero también permitió vislumbrar la última iniciativa de control inmigratorio del Gobierno de Trump: un esfuerzo intenso para reprimir a los padres y tutores que pagaron para que sus hijos cruzaran la frontera.

La detención de Diana Patricia Santillana Galeano, quien tras ser detenida por un control vehicular huyó al centro de cuidado infantil donde trabajaba, se produjo semanas después de que sus hijos, de 16 y 17 años, cruzaran la frontera entre Estados Unidos y México.

Fueron trasladados a un albergue en el área de Chicago bajo la tutela del Departamento de Salud y Servicios Humano

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