El mito de Drácula tiene raíces biológicas más profundas de lo que parece. Aunque los vampiros literarios son ficción, la hematofagia —el hábito de alimentarse de sangre— es real y está extendida en la naturaleza. Desde mosquitos y sanguijuelas hasta murciélagos y parásitos intestinales, la ciencia revela el inquietante mundo de los verdaderos “chupasangres”
De la leyenda de Drácula a la biología real
Pocos mitos han resistido tanto el paso del tiempo como el del conde Drácula. Creación literaria de Bram Stoker, el vampiro se inspiró en la figura de Vlad III, el Empalador, un príncipe de Valaquia del siglo XV.
Con el tiempo, su imagen pasó del terror romántico a lo erótico y lo cómico, perdiendo parte de su aura aristocrática. Sin embargo, su rasgo esencial —beber sangre— tiene un equiv

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