Esa escena cotidiana —apagar la luz, cerrar los ojos y, aun así, seguir pensando en todo lo pendiente— es más común de lo que parece. La Doctora Rebeca García lo confirma en su práctica diaria: el estrés es uno de los factores más frecuentes detrás de los problemas de sueño . Según explica, cada vez más personas consultan por insomnio o dificultad para descansar sin saber que la causa principal no está en el entorno, sino en la propia tensión acumulada del día.
Un estudio de OnePoll para Cornbread Hemp revela que los adultos estadounidenses duermen bien solo 132 noches al año, mientras que el resto del tiempo su descanso es irregular o deficiente. Para la Dra. Rebeca García , estas cifras muestran un problema de salud pública silencioso, en el que el estrés ha dejado de ser una respuesta temporal para convertirse en un estado constante que altera los ritmos naturales del cuerpo.
Así altera el estrés tu sueño cada noche, según la Doctora Rebeca García
La Dra. Rebeca García explica que el estrés actúa como una respuesta natural del organismo ante situaciones de tensión, pero cuando ese estado se mantiene durante demasiado tiempo, el cuerpo deja de reconocer cuándo debe relajarse. “Aunque el día haya terminado, la mente sigue en modo de alerta y el cuerpo no recibe la señal de descanso que necesita” , afirma.
El estudio citado indica que el 65% de las personas encuestadas se acuestan al menos tres veces por semana con un nivel alto de preocupación o ansiedad. Esto reduce significativamente el número de horas de descanso profundo y provoca una sensación de fatiga continua. La especialista advierte que dormir mal genera cansancio y afecta la concentración, el estado de ánimo y el sistema inmunitario .
“A menudo, los pacientes me dicen que solo miran el teléfono unos minutos antes de dormir, pero esa estimulación visual retrasa la producción de melatonina, la hormona que prepara al cuerpo para descansar” , explica la Dra. García . A partir de esa observación, la especialista señala que los hábitos modernos son un factor decisivo en la calidad del sueño. El uso prolongado de pantallas, las cenas tardías o la exposición constante a la luz artificial alteran los ritmos biológicos y confunden al organismo, impidiendo que reconozca el momento adecuado para relajarse y conciliar el sueño.
En lugar de ello, sugiere crear rutinas previas al descanso: mantener una iluminación tenue, evitar pantallas una hora antes de dormir o realizar ejercicios de respiración. Son gestos simples, pero ayudan al cuerpo a reconocer que es momento de desconectarse del estrés.
Estrategias naturales frente a las soluciones rápidas
La Doctora Rebeca García observa que muchas personas recurren a suplementos o fármacos para dormir mejor, aunque estos no siempre resuelven el problema de fondo. “La melatonina o los somníferos pueden ser útiles en periodos cortos, pero el estrés seguirá ahí si no se trabaja su causa” , afirma.
Entre las alternativas que recomienda, se encuentran las técnicas de relajación, el yoga, la meditación o las caminatas al aire libre. Todas ellas contribuyen a reducir los niveles de cortisol , la hormona asociada al estrés, y a mejorar la calidad del sueño sin generar dependencia. También enfatiza que, si el insomnio se prolonga más de dos semanas, conviene acudir a un especialista para identificar si existe un origen emocional, hormonal o físico.
“Cada caso es distinto”: la Dra. Rebeca García y la importancia del diagnóstico adecuado
El impacto del estrés va más allá de la cama. Según el mismo estudio, el 41% de los adultos reconocieron haber faltado al trabajo o cancelado actividades sociales por sentirse saturados o agotados. La Doctora Rebeca García señala que este tipo de conductas son una respuesta natural del cuerpo ante la sobrecarga. “El cansancio constante y la falta de descanso deterioran el ánimo, reducen la productividad y afectan las relaciones personales” , explica.
Además, el estrés prolongado puede manifestarse con síntomas físicos como dolores musculares, problemas digestivos o alteraciones del apetito. Por ello, la especialista insiste en la necesidad de atenderlo a tiempo, antes de que se transforme en una condición persistente.
Para ella, el acompañamiento profesional ayuda a romper el ciclo del estrés-sueño. Conocer cómo responde el cuerpo ante la tensión diaria facilita adoptar estrategias que devuelvan equilibrio y bienestar.
Recuperar el descanso como prioridad
Dormir bien, concluye la Doctora Rebeca García , representa una necesidad biológica esencial más que un acto opcional. “El sueño restaura los tejidos, equilibra las emociones y refuerza el sistema inmunológico. Cuando se descuida, el cuerpo y la mente comienzan a mostrar señales de desgaste” , explica.
Su reflexión final invita a mirar la rutina diaria desde una perspectiva más consciente. El estrés forma parte del entorno contemporáneo, pero su gestión adecuada puede marcar la diferencia en la salud y el descanso. Entender cómo afecta al sueño se convierte en el punto de partida para alcanzar un equilibrio genuino entre mente y cuerpo , y para devolver al descanso el lugar que merece dentro del bienestar integral. ¿Estás preparado para empezar ese cambio?

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