Desde 1860, la familia Vasconcellos ha mantenido viva en Ciudad Rodrigo una de las sagas empresariales más longevas de la provincia. Fundada por José Vasconcellos Bautista , platero de origen portugués, la firma comenzó como un pequeño taller donde se trabajaba la filigrana charra , una técnica delicada que rápidamente convirtió a la joyería en un referente local y nacional.
Durante más de un siglo y medio, la empresa ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia. Tras José, su hija Concepción Vasconcellos asumió el relevo a principios del siglo XX, y posteriormente Jacinto Sánchez Vasconcellos y Dolores Bravo impulsaron la gran expansión de la firma, consolidando su reconocimiento a nivel nacional y exportando algunas de sus piezas a Estados Unidos. En los años cuaren

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