En el corazón del Mediterráneo, donde el sol y el viento moldearon el paisaje durante milenios, se alza uno de los grandes prodigios naturales del planeta: el olivo de Vouves . Este ejemplar, ubicado en la pequeña localidad de Ano Vouves, en el oeste de Creta, posee alrededor de 4.000 años y todavía produce aceitunas, unos 150 kilos por año , como si el tiempo apenas lo rozara.

Conocido científicamente como Olea europaea L., pertenece a la misma especie que acompañó a culturas como la minoica, la micénica y la romana. Pero, a diferencia de otros árboles monumentales que sobreviven solo como restos fósiles, este olivo sigue creciendo. Su copa permanece verde, brota cada temporada y exhibe una vitalidad que sorprende tanto a los científicos como a los visitantes. En 1997 fue decl

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