El Radar

Por Jesús Aguilar

En vísperas de cerrar el 2025 con números que permitan al gobierno hablar por fin de estabilidad presupuestal, el mandatario potosino Ricardo Gallardo Cardona tomó una de las decisiones más complejas —y quizá más trascendentes— de su administración: convertir la crisis de Pensiones en una oportunidad histórica para sanear y asegurar el futuro de los cuatro fondos que integran el sistema estatal.

No es un asunto menor: hablamos de los fondos de Burócratas, Telesecundarias, Sección 52 y los propios empleados de la Dirección de Pensiones, un universo cercano a 9 mil jubilados que durante décadas han transitado entre la incertidumbre y la improvisación.

Y en muchos casos también incurrido en abusos que no se pueden ni olvidar, ni archivar para que vuelvan a rebot

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