La ofensiva industrial de CATL en Europa aterrizará en Aragón con una cifra que ha encendido titulares y ha llevado ríos de tinta: 2.00O trabajadores chinos que la compañía quiere desplazar a Zaragoza para acelerar la puesta en marcha de su gigafactoría de baterías junto a la fábrica automovilística de Stellantis en Figueruelas. Pero tras el ruido, emerge un mensaje que la multinacional está repitiendo con insistencia: se trata de un proceso “temporal” y centrado en la puesta en marcha de las líneas de producción, no de un modelo laboral permanente.
El vicepresidente de CATL, Meng Xiangfeng , lo explicó sin rodeos durante su reciente intervención en la cumbre climática COP30, en Belém (Brasil), donde volvió a justificar la necesidad de esos perfiles importados. “No es que no est

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