Pakistán firmó una serie de contratos de alto precio con destacadas empresas de cabildeo de Washington esta primavera, apenas unas semanas antes de que la Casa Blanca anunciara nuevas políticas favorables que otorgaban al país uno de los tipos arancelarios más envidiables del mundo y una ventaja sobre su archirrival, India.

Los cambios de política anunciaron un giro en la hasta entonces difícil relación de Pakistán con el gobierno de Donald Trump y se han atribuido en gran medida a la astuta diplomacia de Islamabad, capital de Pakistán, que ha colmado al presidente Trump con el tipo de elogios públicos y grandes acuerdos comerciales que tanto le gustan.

Pero los contratos de los grupos de presión, que ascendían a millones de dólares y prometían aranceles más bajos y acceso a Trump, insin

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